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De texto a magia: Así crea ChatGPT-4o imágenes al estilo Studio Ghibli

Actualizado: 4 abr

En las últimas semanas, redes sociales como X (Twitter), Facebook y foros de internet se inundaron de imágenes generadas por IA con la estética de Studio Ghibli (People Are Using ChatGPT's New AI Image Generator to Turn Photos into Studio Ghibli Style Images | PetaPixel). Esta tendencia explotó a partir de una nueva función de ChatGPT-4o, la versión multimodal más reciente de OpenAI, que permite a los usuarios crear imágenes directamente en la interfaz de ChatGPT (OpenAI Limits ChatGPT’s Image Tool After Ghibli Trend | EasternEye). Miles de personas comenzaron a subir fotos personales o memes populares al chatbot y a pedirle que las “rehiciera” al estilo de las películas de Hayao Miyazaki. En cuestión de segundos, retratos y escenas cotidianas aparecían transformadas como si fuesen fotogramas dibujados a mano de Mi Vecino Totoro o El viaje de Chihiro, imitando la paleta de colores y el trazo distintivo de Studio Ghibli (ChatGPT's viral Studio Ghibli-style images highlight AI copyright concerns | AP News). La viralidad fue inmediata: en 24 horas hubo un aluvión de publicaciones con estas imágenes en las redes, e incluso figuras públicas se sumaron al furor. Sam Altman, CEO de OpenAI, actualizó su foto de perfil en X con un retrato suyo estilo Ghibli (ChatGPT's viral Studio Ghibli-style images highlight AI copyright concerns | AP News), y el futbolista argentino Nico Tagliafico celebró la tendencia compartiendo “momentos icónicos versión Ghibli” y calificándola de «buenísima» (OpenAI genera debate en redes por imágenes de Studio Ghibli).


Ejemplos virales de ChatGPT 4o destacados

Esta fiebre creativa —apodada por algunos "ghiblificación"— convirtió a Studio Ghibli en tendencia global en cuestión de días (OpenAI genera debate en redes por imágenes de Studio Ghibli). Lo irónico es que fue OpenAI quien puso nuevamente de moda al estudio japonés (OpenAI genera debate en redes por imágenes de Studio Ghibli): gracias a la herramienta de ChatGPT-4o, el nombre Ghibli circuló como nunca en redes, con gente de todo el mundo probando el filtro no oficial. La facilidad para lograr imágenes de alta calidad impresionó a muchos usuarios, ya que no se requerían conocimientos de arte ni de programación para generar resultados convincentes. Sin embargo, junto con la emoción llegaron también las críticas y preocupaciones.



Niña en parque tipo Ghibli
Imagen tipo Estudio Ghibli

Reacciones positivas y entusiasmo creativo

La respuesta inicial de gran parte de la comunidad fue de asombro y deleite. Muchos fanáticos de las películas de Miyazaki se mostraron encantados de verse a sí mismos o a sus mascotas en versión “Ghibli”, algo que antes solo era posible mediante ilustración manual. Por ejemplo, un usuario convirtió la foto de su gato en un personaje digno de Mi vecino Totoro y afirmó: “Realmente me enamoré del resultado. Estamos pensando en imprimirlo y colgarlo en la pared” (ChatGPT's viral Studio Ghibli-style images highlight AI copyright concerns | AP News) . Las redes se llenaron de comentarios celebrando la creatividad de la IA y la magia nostálgica de estas imágenes. Para muchos, fue emocionante combinar su propio contenido con la estética de un estudio tan querido, creando una especie de fan art instantáneo.

Incluso profesionales del arte digital destacaron el potencial creativo de la herramienta. Quienes apoyan este uso de la IA señalan que permite democratizar la creación artística, brindando a personas sin habilidades de dibujo la oportunidad de expresarse en estilos consagrados. Voces dentro de la industria tecnológica también elogiaron la innovación. En un comunicado técnico, la misma OpenAI calificó algunas de las creaciones de los usuarios como “verdaderamente encantadoras e inspiradoras” (Más allá del furor por las imágenes de ChatGPT al estilo de Studio Ghibli: ¿qué sucede con el copyright en la IA? - Infobae), resultado de combinar la imaginación de los fans con la potencia de su modelo multimodal. En suma, las opiniones positivas enfatizan la diversión, la inventiva y la posibilidad de rendir homenaje a Studio Ghibli de forma nueva. Muchos consideran que estas imágenes generadas son un tributo respetuoso y creativo, y las comparan con otras formas de fan art que celebran el trabajo original (solo que ahora asistidas por IA en lugar de lápiz y papel).


Críticas de artistas y expertos

Por otro lado, la tendencia desató reacciones negativas y un debate intenso en comunidades de artistas, animadores y expertos en ética de IA. Numerosos creadores expresaron preocupación, sintiendo que esta “imitación por IA” trivializa el esfuerzo artístico que hay detrás del estilo Ghibli. Cada película de Hayao Miyazaki y Studio Ghibli requiere decenas de miles de dibujos hechos a mano y años de trabajo meticuloso (OpenAI genera debate en redes por imágenes de Studio Ghibli); en contraste, ahora una IA puede producir una imagen “similar” en segundos. Esto llevó a críticas de que el público podría conformarse con copias generadas automáticamente, devaluando la labor humana detrás del arte original (The ChatGPT 4o Studio Ghibli AI Trend Is The Ultimate Heartbreak) (The ChatGPT 4o Studio Ghibli AI Trend Is The Ultimate Heartbreak).


Varios artistas profesionales alzaron la voz. La ilustradora Karla Ortiz, reconocida por su defensa de los derechos de artistas frente a la IA, calificó esta moda de Ghibli como “otro claro ejemplo de cómo compañías como OpenAI simplemente no se preocupan por el trabajo y el sustento de los artistas” (Más allá del furor por las imágenes de ChatGPT al estilo de Studio Ghibli: ¿qué sucede con el copyright en la IA? - Infobae). Según Ortiz, OpenAI está explotando la reputación y el nombre de Studio Ghibli para promocionar sus productos, lo cual considera “un insulto” y “explotación” de la obra de los creadores originales. Sus críticas resonaron con muchos ilustradores que sienten que sus estilos podrían ser los próximos en ser copiados sin permiso por herramientas similares.


Asimismo, la tendencia hizo resurgir declaraciones del propio Hayao Miyazaki, cofundador de Studio Ghibli. Si bien el estudio no ha emitido comunicados recientes, es conocido que Miyazaki ha sido históricamente escéptico y crítico de la animación por computadora. En un documental de 2016, tras ver una grotesca animación generada por IA, Miyazaki dijo estar “totalmente asqueado” y declaró: “Nunca desearía incorporar esta tecnología en mi trabajo… Siento firmemente que es un insulto a la vida misma” (OpenAI genera debate en redes por imágenes de Studio Ghibli). Estas palabras cobraron nueva vida en redes, compartidas por fans que las citaban como rechazo anticipado de Miyazaki a esta moda. La frase “un insulto a la vida misma” se volvió un lema de quienes se oponen a que una máquina intente recrear la alma presente en cada trazo de las películas Ghibli.


Expertos en animación tradicional también señalan que el estilo Ghibli tiene un trasfondo humano y cultural que una IA no puede emular plenamente. Hayao Miyazaki, de 84 años, creó su arte a partir de vivencias, sensibilidad y un cuidadoso proceso artesanal; varios comentaristas argumentan que ver escenas emotivas de Ghibli convertidas en un filtro automático es desalentador. Un artículo de Forbes incluso llamó a esta tendencia “la máxima desilusión” para los fans, sugiriendo que representa una pérdida de la integridad artística que hace especiales a los filmes de Ghibli (The ChatGPT 4o Studio Ghibli AI Trend Is The Ultimate Heartbreak) (The ChatGPT 4o Studio Ghibli AI Trend Is The Ultimate Heartbreak). En redes sociales, algunos usuarios manifestaron que las imágenes les resultaban frías o vacías en comparación con el arte original, y que “falta el toque humano” detrás de cada dibujo.

No faltaron críticas también desde un ángulo práctico: la saturación de imágenes estilo Ghibli llegó a cansar a ciertos internautas tras varios días. Algunos consideraron la tendencia como una simple moda pasajera explotada por memes, y bromearon con que "ya rompimos la IA de tanto usarla" en estilo Ghibli. En plataformas como TikTok y X, circulan videos y posts señalando que esta función de ChatGPT podría banalizar la estética de Ghibli al aplicarla indiscriminadamente a cualquier contenido. En conclusión, junto con la fascinación inicial llegó una ola de escrutinio y debate ético, donde la comunidad artística en particular ve con recelo este uso de la IA que, en sus palabras, “borra la línea entre homenaje e infracción”.


Perspectivas a futuro en la creación de arte con IA


La explosión del estilo Ghibli con ChatGPT-4o es, para muchos, un vistazo al futuro del arte visual asistido por inteligencia artificial. Por un lado, muestra las posibilidades creativas: es probable que veamos más modelos multimodales generando arte en estilos reconocidos, ya sea por simple diversión, por proyectos de fans o incluso con fines educativos. La facilidad con la que ChatGPT-4o aplicó la estética de un estudio emblemático sugiere que en el futuro será común “pedirle” a la IA ilustraciones al estilo de X o Y artista, y obtener resultados inmediatos. Plataformas como Google (con su modelo Gemini próximamente) y otras empresas tecnológicas seguramente incorporarán funciones similares, ampliando el acceso a estas herramientas creativas.


Por otro lado, el caso Ghibli pone de relieve los desafíos y ajustes necesarios de cara al futuro. OpenAI, por ejemplo, tuvo que imponer limitaciones temporales a la generación de imágenes debido a la abrumadora demanda causada por esta tendencia (OpenAI Limits ChatGPT’s Image Tool After Ghibli Trend | EasternEye) (OpenAI Limits ChatGPT’s Image Tool After Ghibli Trend | EasternEye). Sam Altman anunció que retrasarían la disponibilidad de la función para usuarios gratuitos y pondrían rate limits mientras reforzaban sus servidores, ya que la avalancha de gente “ghiblificando” fotos saturó los GPU de la compañía (OpenAI Limits ChatGPT’s Image Tool After Ghibli Trend | EasternEye) (OpenAI Limits ChatGPT’s Image Tool After Ghibli Trend | EasternEye). Esto evidencia que, conforme la creación visual por IA se vuelva mainstream, las empresas deberán escalar su infraestructura y optimizar la eficiencia para soportar picos virales de uso.


En términos legales y éticos, es de esperar que continúe la búsqueda de un equilibrio. El futuro podría traer nuevas regulaciones que definan qué está permitido al entrenar y usar IA generativa en contextos artísticos. Quizás veamos acuerdos donde los modelos incluyan estilos con licencia oficial (repartiendo beneficios a los creadores originales) o filtros más avanzados que distingan mejor entre inspiración aceptable y copia ilícita. Estudios como Ghibli u otros podrían optar por colaborar con empresas de IA para ofrecer de forma controlada sus estilos a los fans, antes que pelear contra la marea; algo similar ha ocurrido en la música, donde algunas discográficas exploran herramientas de IA de manera autorizada. Sin embargo, también es posible que surjan disputas legales pioneras – por ejemplo, si un estudio decide demandar a una compañía de IA por reproducir su estética sin permiso, sentando jurisprudencia para futuros casos.


Desde la perspectiva de los artistas humanos, el futuro se mira con sentimientos encontrados. Muchos creadores temen por sus medios de vida si las IA pueden generar en minutos lo que a ellos les toma años perfeccionar. Esta inquietud seguramente impulsará una mayor organización del gremio artístico para abogar por sus derechos en la era digital. Al mismo tiempo, otros artistas podrían adoptar estas herramientas para su beneficio, integrándolas en sus flujos de trabajo (por ejemplo, usando la IA para bocetos preliminares en cierto estilo y luego refinándolos manualmente). Es decir, la IA podría convertirse tanto en un competidor como en un aliado creativo, dependiendo de cómo evolucione su integración en el campo profesional.


En cualquier caso, el fenómeno de ChatGPT-4o y Studio Ghibli ya dejó una lección: la sociedad está fascinada por las fronteras entre arte humano y arte generado por máquinas. La reacción pública –desde el entusiasmo masivo hasta la indignación moral– subraya que el arte no se valora solo por el resultado visual, sino por el proceso y la intención detrás de él. El futuro del arte con IA probablemente consistirá en navegar esa dualidad: aprovechar la imaginación aumentada por IA para nuevas formas de expresión, a la vez que se preserva y honra la autenticidad artística que proviene de la mano y la mente humanas. Como en las películas de Miyazaki, donde conviven la tecnología y la naturaleza, el desafío estará en encontrar armonía entre la innovación digital y la esencia creativa tradicional, asegurando que la magia del arte no se pierda en medio de algoritmos.

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